Proverbio chino sobre la desgracia ajena

Cuando los labios tiemblan, los dientes duelen.

chengyu sobre la desgracia ajena

 El chéngyǔ de hoy fue uno de los primeros que conocí. Se puede traducir como “cuando los labios faltan, los dientes duelen”, aunque a mí me lo explicaron como indico en en el encabezado: “cuando los labios tiemblan ( de frío ), los dientes duelen”.

 Esta expresión hace referencia a que no debe uno alegrarse del mal del vecino, aún cuando pudiera parecer algo bueno para nosotros. Se parece al refrán “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar”, aunque tiene un matiz diferente.

 China, antes de ser un imperio, estuvo compuesta por una serie de reinos. Uno de estos reinos fue ganando territorios y conquistando a los otros, llegando a formarse el imperio chino. Este proceso fue largo.

 Se cuenta que dos reyes se reunieron para tratar un asunto relacionado con la guerra. El rey más poderoso pedía permiso de paso para sus tropas por el reino del otro monarca, pues se disponía a invadir a un tercero y de esta manera sería mucho más sencillo. El reino que pretendía invadir no era un aliado del que disponía del territorio perfecto para acercarse y planear la emboscada y, sin embargo, su monarca fue tajante: no concedía el permiso solicitado. El rey conquistador, extrañado, le preguntó el motivo, y fue cuando se pronunció el 成语. En efecto, el reino beligerante no se iba a conformar con el reinado vecino, y se intuía qué pasaría después.

Al final, con el paso de las décadas, los dos reinos fueron sometidos por el primero, pero no durante el reinado del monarca sabio. En la versión española “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar” se supone que el observador es pasivo. En cambio, con este chengyu se pone de manifiesto la importancia del observador que puede influir en el proceso, recordando el origen del proverbio chino.

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