Los dos monjes y la mujer.

 Cuento chino de los dos monjes budistas y la joven y bella mujer en apuros.

 Hoy vamos a ver un cuento budista.

De nuevo, los chinos cuentan que la historia es china y los japoneses que es de Japón. En cualquier caso, allá vamos.

 Hace muchos años o algunos siglos, vamos que se dirigían de regreso a su templo. Era época de fuertes lluvias y por ello en el río corría caudaloso y peligroso. De repente escuchan los gritos de una bella y joven mujer que les suplica ayuda, pues necesita cruzar el río y no sabe nadar. Sin pensarlo dos veces, uno de los monjes subió a la mujer a sus hombros y la ayudo a cruzar el crecido río. Ella les dio las gracias y siguió su camino.

monjes budistas tibetanos

El templo estaba lejos y tras dos jornadas de viaje el monje que no prestó ayuda a la mujer rompió su silencio y le dijo enfadado al que sí ayudó a cruzar a la mujer: “Debo informarle a nuestro superior. Ha tocado una mujer cuando bien sabes que lo tenemos prohibido”.

 Hago un inciso para aclarar que no todos los monjes budistas hacen votos de castidad, pero si es lo habitual. Este aspecto es más rígido en unas órdenes que no atrás y los monjes de nuestra historia eran de los más severos con este tema.

 El monje que había cargado sobre sus hombros para cruzar el río con la mujer contestó: “Yo ayudé a cruzar a esa mujer el río y la dejé en la orilla. Veo que tú has estado cargando con ella hasta ahora.”

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